(Como el tema de si los balrogs tienen o no alas es una fuente de eterna polémica, recuperamos este artículo de Abel Ferrer publicado originalmente en PSNrol.com en 2005 por el bien de la humanidad. Qué jóvenes éramos…)

Durante cuarenta años, los aficionados a Tolkien han vivido con dos grandes incógnitas que han amenizado sus reuniones. La primera se pregunta quién demonios es Tom Bombadil, la segunda, y la que me ocupa ahora, inquiere sobre si los Balrogs tienen o no de alas.

Los Balrogs eran Maiar al servicio de Morgoth. La mayoría de ellos perecieron en la guerra de la cólera, la batalla que había de llevar a la caída de Morgoth, aunque algunos sobrevivieron ocultándose bajo tierra. Ya en la tercera edad, uno de ellos fue despertado por los enanos de Moria que, en su búsqueda de Mithril, cavaron demasiado hondo. El Balrog mató a Durin VI y expulsó los enanos de su hogar. Fue Gandalf quien lo derrotó en la cima de Ziragzigil después de su encuentro con la Compañía.

Después de esta breve puesta en situación vamos al grano. Tomad El Señor de los Anillos y en el capítulo cinco del libro segundo, El Puente de Khazad-Dûm, podréis leer:

«El Balrog avanzó lentamente, y de pronto se enderezó hasta alcanzar una gran estatura, extendiendo las alas de muro a muro;…».

Este pasaje ha llevado a todos los dibujantes, diseñadores de juegos de rol o directores de películas a dibujar, diseñar o filmar Balrogs con alas. Personalmente esto no me molestaría en lo más mínimo si no fueses porque unas líneas antes Tolkien narra lo siguiente:

«El enemigo se detuvo de nuevo, enfrentándolo, y la sombra que lo envolvió se abrió a los lados como dos vastas alas.»

Aquí está el quid de la cuestión. ¿Eran alas o simplemente la sombra del Balrog que se extendía por las paredes? Las sombras que crecen son algo común en la obra de Tolkien. En el capítulo primero del primer libro, Una reunión muy esperada, encontramos este pasaje:

«Gandalf dio un paso hacia el hobbit y pareció agrandarse, amenazante, y su sombra llenó la habitación.»

Desgraciadamente esto no parece aclarar mucho la situación. En ningún lugar de El Señor de los Anillos hay una descripción completa de un Balrog, sólo en El Silmarillion podemos encontrar varias referencias a ellos. Una de ellas, en la página 59 (edición Minotauro), dice lo siguiente:

«Y en Utumno reunió a sus demonios, los espíritus que se le unieron desde un principio en los días de esplendor y que más se le asemejaban en corrupción: sus corazones eran de fuego; pero un manto de tinieblas los cubría, y el terror iba delante de ellos; tenían látigos de llamas. Balrogs se los llamó en la Tierra Media en días posteriores.»

Quizás un detalle como un par de alas entraría en esta breve descripción.

Y no hay más que añadir. El resto son vueltas a lo mismo. En ningún lugar de la obra de Tolkien especifica si los Balrogs vuelan, caminan o reptan como el resto de los mortales. A aquellos que todavía no estén convencidos sólo les haré una pregunta: ¿Si el Balrog tenía alas por qué no emprendió el vuelo cuando Gandalf destruyó el puente donde estaba?